CREANDO TU NEGOCIO: ¿QUÉ VAS A VENDER?



<img src="qué-vender-por-internet.jpg" alt="decidir qué vender es el paso más importante de todos, pues de este depende el éxito futuro del negocio"/>
Tener una idea de negocio rentable, innovadora y que garantice el éxito financiero sin trabajar directamente en la atención al cliente, es lo que muchas personas desean. Desean ver que su negocio físico u online es algo que deben crear para ganar dinero solamente.

Es como si se tratara de colocar a la venta un producto o un servicio en un stand, una vitrina o una página web y de esperar a que muchas personas lo adquieran, sin más.

Esto no solo no se ajusta a la realidad, sino que no corresponde, de ninguna forma con la manera como los emprendedores pensamos.

Para aclarar mejor estos puntos, voy a hablarte acerca de una de mis experiencias con un emprendimiento físico.

No tenía trabajo formal y el trabajo al que me dedicaba diariamente, mediante una de las tantas aplicaciones existentes y sin un contrato de trabajo, no me estaba dando lo suficiente para poder pagar todos mis gastos y deudas.

Al enfocarme en el dinero (lo necesitaba con urgencia), pensé en dar el salto hacia la venta de comida rápida. La opción más asequible a la que había llegado era rentar un carrito sanguchero para vender hot dogs, hamburguesas y pizzas.

Después de todo, no necesitaba rentar un local comercial ni comprar mucho mobiliario (ni tan elegante), ni gastar dinero en tanta publicidad (por lo menos unos flyers estaría bien). Invertir en compras: los ingredientes para preparar la comida, el gas para cocinar y algo de agua; así como en un espacio rentado para guardar el carrito y tomar un curso de manipulación de manipulación de alimentos para obtener un carné, para cumplir con los requisitos sanitarios por si la autoridad lo requería.

Preparar la comida con ingredientes económicos, estar listo para comenzar a trabajar en horas de la tarde y la noche entre semana en una locación que había elegido como la ideal y contar con otra persona a quien había contactado y con quien había llegado a un acuerdo sobre su pago a cambio de su colaboración; fue todo lo que pensé antes de salir a la calle a vender comidas rápidas...


Sabía que debía hacer un estudio de mercado y de la competencia; pero el error en este paso (que de hecho fue el que me costó), fue haberlos omitido.

Después de todo no era tan complicado ubicar una esquina, tener el carrito limpio y bien presentado, usar uniformes impecables, guantes para la cocción y, por supuesto; preparar la comida. Ya había visto miles de veces cómo algunas personas ya lo hacían y estaban trabajando en un negocio que les dada para vivir bien.

¿Qué riesgos habría en una ubicación "estratégica" donde ofreciera una buena comida a un buen precio, en el momento del día en el que algunas personas que estaban llegando a casa de su estudio o trabajo, con hambre, querían comer algo rápido?


No había previsto que, unos días después llegó a la zona otra persona que decidió abrir un negocio de comidas rápidas en un local comercial. Acaparó no solo el 60% de mi clientela, sino que atrajo a más personas.  Se trataba de un local ambientado para la familia, con mobiliario elegante y distintivo, con Internet Wifi y TV de pantalla plana.

Vendían más variedad de comida que la que nosotros podíamos preparar. Además, las personas estaban  al resguardo del frío, el viento y la lluvia.

Poco a poco, mi clientela comenzó a escasear, aún cuando bajé el precio de la comida; sin dejar a un lado el hecho de que llegaron otros competidores que se ubicaron justo a nuestro lado ofreciendo otra clase de comidas que, al parecer, eran más apetitosas (aunque no lo veía así).

Fue un golpe muy duro porque había estado pensado en esa idea tiempo atrás, dedicándole horas a  planear lo que creía que necesitaba, omitiendo puntos importantes.

Ahora tenía más deudas y me tocaba comenzar de nuevo. El asunto en ese tiempo fue, ¿qué podía ahora? ¿qué vender? ¿qué negocio poner? ¿conseguir de nuevo aquel trabajo u otro que me garantizara ingresos inmediatos?




¿CÓMO SABER QUÉ PRODUCTO O SERVICIO VENDER? 



Puede darse el caso en el cual ya sepamos lo que vamos a vender, dependiendo de nuestros gustos y habilidades; o por el contacto anterior con productos o servicios que hayamos utilizado, y que estamos seguros, por lo menos en un 50%, sobre su funcionamiento y mercado.

Un producto que se quiera vender en un local físico o a través de Internet, requiere de pensar en varios aspectos relacionados con este: su presentación (el envase, el empaque, el diseño, el tamaño, la forma y el contenido) y la disponibilidad de inventario; mientras que un servicio requiere de infraestructura, conocimiento del cliente, facilidad de uso, precios atractivos y, sobretodo, gran utilidad.

El punto negativo a la hora de pensar en vender u ofrecer un servicio, es que se debe invertir dinero y tiempo en su diseño, desarrollo, prueba, corrección y lanzamiento; aunque después, al tratarse de un modelo de ingresos escalable; por ejemplo suscripciones periódicas o anuales, valdrá la pena

Se puede complementar el servicio con una aplicación; por lo menos una que ayude a que las personas tengan acceso de una forma más personalizada a este.




LO MÁS VENDIDO 


Las personas no solamente compramos lo que necesitamos, sino lo que no necesitamos en muchos casos donde una compra pareciera no estar justificada. En el caso de los relojes de muñeca tradicionales, por ejemplo; se podría pensar que uno es suficiente. Sin embargo, hay personas que tienen más de dos y que compran otro y otro. 

En este aspecto, si necesitamos algo con urgencia; entonces la decisión de compra puede ser algo superfluo, ya que es imperativo que lo tengamos.


Si sabes comprar para revender, esa será una idea de negocio fantástica. Saber qué vender, igual. Aunque, es posible que si tu lo necesitas e identificas qué otras adiciones pudiera tener ese producto sería fenomenal.

Si sabes hacer algo manual que personas como tú necesitan o de lo que se "enamorarán", esa es una buena idea.

Dicen que en la variedad está el placer, y lo más recomendable es iniciar desde lo que sabes, se te facilita y eres experto/a en ello. Puede darse el caso en el cual no hayas pensado ese producto o ese servicio, sino que has llegado a este porque has visto ejemplos de casos de éxito.

Si se trata de algo realmente diferente,  ya sea su presentación y etiqueta para un envase de un producto, por ejemplo; o de un texto realmente persuasivo que invite a generar confianza y a vender; se trata de un plus que engancha a las personas inmediatamente; ya que perciben que se les está dando más de lo que esperan.

Esto aplica a los planes de telefonía o a los servicios que trabajadores(as) autónomos(as) o consultores(as) prestan; donde los clientes necesitan algo que les ayude a solucionar un problema o a cubrir una necesidad de manera personalizada. 

En el primer caso, las personas perciben que, al recibir mayor capacidad, más minutos y más gigas de Internet y hasta servicios complementarios que pueden incluir (mejor dicho, que incluyen) acceso a TV online o a domicilios o; para el segundo ejemplo, al recibir un trabajo excelente en un menor tiempo o más trabajo por menos dinero; las personas no dudarán en adquirir lo que se les ofrece.


Continuando con mi relato y a pesar de que a mi mente llegaban ideas sueltas de diferentes productos o servicios para vender; por qué no pensar en iniciar un negocio físico a la par de un negocio virtual. Después de todo podía:



A. Comprar mercancía para revender por Internet con publicidad en redes sociales y un blog gratuito, más un canal de YouTube de consejos y tutoriales; al tiempo que ofrecerle a las personas cercanas valor de manera directa; legando a sus dispositivos electrónicos y a través de redes como Whatsapp. 



B. Crear una aplicación necesaria. Es decir, pensaba en crear una app que estuviera relacionada con servicios de mensajería expresa y un valor añadido, tal como acumular puntos para ofrecerle incentivos económicos y bonos a los mensajeros que se asociaran a la app y a la empresa; todo esto con el fin de satisfacer la necesidades de quienes ordenaban algo.



C. Vender un infoproducto por Internet, pero ¿Cuál? si ya existían millones y muchísima competencia. Además requiería de preparación, formación y tiempo para ir trabajando en este y no lo tenía.

Ser afiliado sonaba una buena opción. Pero no podía ser afiliado de cualquier infoproducto, como de uno que ofriera comisiones muy, muy atractivas, sin tener un sitio dónde hablar sobre este o conocimiento del tema. Debía decidir por uno con potencial, que muchas personas estuvieran necesitando.


-  Cursos de marketing digital y de redes sociales,
-  Infoproductos de salud, alimentación y belleza para el cuidado del cuerpo.
-  Técnicas de aprendizaje de un idioma,
-  Productos de copy para que las personas hicieran sus propios textos comerciales para sus mails o Landing Pages...



D. Enseñar una habilidad. Mediante videos en YouTube, un blog gratuito pero bien estructurado, sin publicidad, donde ofreciera mis servicios localmente en la ciudad donde me encontraba: Bogotá, Colombia.

-  Curso de pizzas,
-  Lecciones de húngaro,
-  Servicio de catering de fuentes de chocolate para fiestas familiares...




<img src="vender-pizza-a-domicilio.jpg" alt="un negocio de comida rápida puede ser una buena oportunidad"/>




Las posibilidades son infinitas. A pesar de que siempre habrá competencia, lo importante es saber que el dinero no es lo más importante. Lo que cuenta es el gusto por hacer las cosas bien y dirigir todos los esfuerzos hacia la conexión que se debe generar con los clientes.

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